EL DIOS QUE YO CONOZCO

6.03. Religión y prácticas de culto de los cananeos

Aunque es verdad que la población preisraelita de Palestina ya había alcanzado un alto nivel cultural para el tiempo de la conquista, sus prácticas y conceptos religiosos eran sumamente degradantes. La excavación de templos y lugares sagrados cananeos ha sacado a luz muchos objetos de culto de origen cananeo. En Ras Shamra, la antigua Ugarit, se han hallado muchos textos cananeos de naturaleza mitológica. Redactados en una escritura cuneiforme alfabética, han vertido mucha luz sobre el idioma, la poesía y la religión de los cananeos de mediados del segundo milenio AC. Constituyen nuestra principal fuente de información sobre la religión del país que Israel invadió y conquistó.

Palestina parece haber tenido gran número de santuarios al aire libre, llamados bamoth, "altos", en la Biblia. Los israelitas fueron atraídos de tal manera por estos "altos" que los tomaron y dedicaron a Dios, a pesar de la terminante orden divina de que fuese adorado solamente en un lugar, el lugar en donde estaba situado el santuario (Deuteronomio 12: 5, 11).

Varios profetas condenaron estos lugares de culto pagano (Jeremías 7: 31; 19: 13; 32: 35; Oseas 4: 12, 13, 15; 10: 8; Amós 2: 8; 4: 4, 5), pero fue sumamente difícil separar al pueblo de ellos. Inclusive, algunos de los mejores reyes -Amasías, Uzías y Joatam, por ejemplo- no los destruyeron (2 Reyes 14: 3, 4; 15: 4, 34, 35).

Uno de los altos mejor conservados, excavados en Palestina, fue hallado en Gezer, a mitad de camino entre Jerusalén y la costa. Era un lugar abierto, sin rastros de construcciones. Sin embargo, contenía varias cavernas, de las cuales algunas estaban llenas de cenizas y huesos, probablemente restos de sacrificios, pues los huesos eran de hombres, mujeres, niños, criaturas, ganado, ovejas, cabras y ciervos. Dos de las cuevas estaban conectadas mediante un túnel angosto y tortuoso, de manera que una de ellas podía usarse como lugar sagrado, donde el adorador que tenía algo que preguntar pudiese consultar a un oráculo. Cada palabra susurrada en la cueva más pequeña se puede oír claramente en la más grande. No es imposible que un objeto de culto, tal vez un ídolo, hubiese estado alguna vez frente al agujero de la pared que conecta las dos cuevas, y que los adoradores imaginasen que recibían respuesta a sus oraciones en este lugar. Se sabe que existieron lugares con oráculos similares en Grecia y Mesopotamia. En el centro de la cueva principal había un gran bloque de piedra sobre el cual yacía el esqueleto de una criatura, tal vez del último niño sacrificado en este lugar.

En la superficie se halló una hilera de 10 columnas de piedra. La más alta de estas columnas tiene casi 3,35 m de altura; la más chica 1,70 m. En hebreo, una columna de piedra tal se llama matstsebah, "imagen", "estatua" o "escultura" (ver Levítico 26: 1; Deuteronomio 16: 22; Miqueas 5: 13), más correctamente "estela" o "cipo" (BJ). No es seguro si estas estelas estaban relacionadas con la adoración del sol, o si eran símbolos de la fertilidad que representaban al "sagrado" phallus erectus. Había también varios altares relacionados con el alto, y sobre el piso rocoso había muchos agujeros en forma de copa, probablemente usados para la recepción de libaciones u "ofrendas de bebidas".

Otro alto bien conservado se halló en una de las montañas cerca de Petra, la capital de los edomitas. Aunque este lugar sagrado es de fecha muy posterior (del siglo I AC), probablemente difería muy poco de lugares semejantes de tiempos anteriores. Un gran altar fue tallado en la roca viva. Una escalera de seis escalones lleva hasta el lugar donde se encendía el fuego. En frente del altar hay un gran atrio rectangular, con una plataforma elevada en el medio, donde se hacía el sacrificio. Un tanque para agua, casi cuadrado, fue cortado de la roca, para usarlo en las abluciones rituales. Este alto también tiene tazas típicas para derramar las ofrendas de libaciones, y cerca hay columnas en pie en forma de obeliscos, sin las cuales un alto evidentemente habría estado incompleto.

También se han excavado templos cananeos en ciudades palestinas, tales como Meguido y Bet-seán. Estos edificios sagrados generalmente constan de dos piezas. La interior, con una plataforma elevada sobre la cual se hallaba originalmente la imagen adorada, servía como santuario principal.

Sin embargo, el culto cananeo no se limitaba a templos y altos. Un gran número de altares pequeños de piedra hallados en Palestina muestran que la gente tenía santuarios particulares donde se ofrecían sacrificios. Estos altares eran tallados generalmente de un bloque de piedra. El fuego se encendía en su parte superior, y tenían cuatro cuernos en las esquinas. Se han hallado grandes cantidades de imágenes de culto en cada excavación hecha en Palestina. La mayoría de éstas son pequeñas figurillas que representan a una diosa desnuda con sus rasgos sexuales acentuados, lo que muestra que servían para el culto de la fertilidad, alrededor del cual se centraba gran parte de la adoración cananea.

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