El impío reinado de Nadab (910-909 AC), hijo de Jeroboam, se interrumpió cuando fue asesinado por Baasa en la ciudad filistea de Gibetón. Así terminó la primera dinastía (1 Reyes 15: 25-29).
Este terrible precedente se repitió vez tras vez, hasta que diez dinastías distintas hubieron reinado sobre Israel.
Baasa (909-886 AC) continuó hostigando a Judá, pero perdió el territorio que había ganado cuando fue atacado por Ben-adad de Damasco, que había recibido cohecho de Asa, rey de Judá (1 Reyes 15: 16 a 16: 7).
La dinastía de Baasa terminó como la anterior. Su hijo Ela (886-885 AC) fue asesinado por Zimri, uno de sus generales, en su capital Tirsa, después de un reinado de menos de dos años (1 Rey. 16: 8- 10).
Zimri ocupó su corto reinado de sólo siete días en matar a todos los parientes y amigos de Baasa. Entonces Omri, otro general de Ela que fue proclamado rey por el ejército israelita, ocupado en ese momento en una campaña contra los filisteos, marchó contra Tirsa y tomó la ciudad. Comprendiendo que la resistencia era inútil, Zimri rehusó rendirse a Omri, prendió fuego al palacio y pereció en las llamas (vers. 11-18)